En la actualidad, y con la rapidez que nos proporciona internet y las redes sociales a la hora de acceder de forma inmediata a cualquier información, es importante cuidar la reputación de una organización, ya que es un activo intangible pero muy valioso, que puede resultar difícil de construir y sin embargo es extremadamente fácil de perder.
Así pues, los riesgos reputacionales se refieren a la amenaza de daño a la imagen y la percepción pública de una empresa, marca o individuo.
Algunos de los factores que pueden influir en una mala reputación son:
Malas prácticas empresariales: Conductas poco éticas, corrupción, fraude o cualquier otra forma de mala conducta empresarial.
Problemas de calidad del producto o servicio: Si los productos o servicios de una empresa no cumplen con las expectativas o, peor aún, causan daño a los consumidores, esto puede tener un impacto significativo en la reputación.
Crisis de relaciones laborales: Conflictos con empleados, huelgas o problemas laborales pueden generar percepciones negativas sobre la empresa, especialmente si se percibe que la empresa no trata a sus empleados de manera justa.
Impacto ambiental: Las prácticas comerciales que dañan el medio ambiente pueden tener un efecto negativo en la reputación de una empresa, especialmente en un contexto donde la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental son cada vez más valoradas.
Problemas legales: Litigios, multas legales o problemas con la ley pueden afectar negativamente la reputación de una empresa.
Mal manejo de crisis: La manera en la que se decide manejar una crisis, puede resultar tan importante o más que la crisis en sí, empeorando la reputación todavía más si no hay respuestas rápidas y efectivas.
Problemas en las redes sociales: Comentarios negativos, críticas virales o campañas en redes sociales pueden propagar rápidamente información perjudicial.
Competencia desleal: Acciones de competidores que perjudican la reputación de una empresa, como campañas difamatorias o estrategias desleales, también representan un riesgo.
Gestionar los riesgos reputacionales implica la implementación de estrategias proactivas para construir y mantener una buena reputación, así como planes de contingencia para abordar cualquier situación que pueda afectar negativamente la imagen de la empresa. La transparencia, la responsabilidad y la comunicación efectiva son claves en la gestión de riesgos reputacionales.
Algunos de los siguientes riesgos están relacionados directamente con el impacto social empresarial:
Greenwashing: La acusación de greenwashing ocurre cuando una empresa exagera o falsifica sus esfuerzos ambientales y sociales para presentar una imagen más favorable. Esto puede dañar la reputación si se percibe que la empresa no está cumpliendo con sus afirmaciones.
Problemas en la cadena de suministro: El descubrimiento de prácticas poco éticas o impactos relacionados con temas sociales como el trabajo infantil o condiciones laborales injustas, puede tener consecuencias negativas para la reputación.
Falta de transparencia: La falta de transparencia en las prácticas empresariales y los informes de impacto social puede llevar a la desconfianza por parte de los stakeholders y afectar la reputación.
Ineficacia en la implementación de iniciativas sociales: Si las iniciativas sociales de una empresa no logran un impacto positivo real o no se implementan de manera efectiva, la reputación de la empresa podría verse afectada.
Falta de diversidad e inclusión interna: Si una empresa promueve valores de diversidad e inclusión externamente pero no los practica internamente, puede haber acusaciones de hipocresía que afecten la reputación.
Reacciones adversas a patrocinios o alianzas: Las asociaciones con organizaciones o causas específicas pueden generar reacciones negativas si la percepción del público hacia esas entidades cambia.
Incumplimiento de estándares éticos: Si una empresa es acusada de violar estándares éticos, ya sea en sus prácticas comerciales o en sus iniciativas sociales, la reputación puede verse afectada.
Cambios en la dirección estratégica: Si una empresa cambia su enfoque social de manera abrupta o sin una comunicación efectiva, puede generar confusión y escepticismo sobre sus intenciones y compromisos sociales.
Desde EMUCA hemos puesto a disposición de las partes interesadas un canal ético de comunicación para recibir aquellas informaciones que supongan un incumplimiento de la normativa legal vigente y hemos establecido también una política de comunicación.
Además, desde 2006 estamos certificados como Empresa Familiarmente Responsable; certificado que reconoce nuestra apuesta por políticas e iniciativas que aseguren la conciliación y la igualdad entre los empleados. Y tenemos un fuerte compromiso establecido con nuestra estrategia de sostenibilidad.
La gestión efectiva de dichos riesgos tiene las siguientes implicaciones positivas:
- Mayor Confianza y Credibilidad, al demostrar una conducta ética.
- Lealtad del Cliente, al percibir que la empresa inspira confianza.
- Valor de Marca, con una posición competitiva más sólida.
- Atracción de Talento, al estar bien valoradas y tener impacto positivo.
- Fortalecimiento de relaciones con las partes interesadas
- Resiliencia ante crisis, al estar mejor preparadas para una gestión más eficaz
- Diferenciación competitiva, al diferenciarnos de la competencia atrayendo a los consumidores.